Desde el punto de vista astronómico, es lógico empezar el año en un
solsticio o en un equinoccio, ya que son los cuatro puntos de la órbita
terrestre en los que culminan las estaciones y se equilibra o diversifica la
duración del día y la noche.
Es en el mes de
junio, en el hemisferio sur, cuando los pueblos originarios celebran el nuevo
despertar y regreso a la vida de los hijos de la tierra: plantas, animales,
ríos, lluvias, vientos, personas etc. Es el reencuentro con la vida en coexistencia con la tierra, naturaleza,
los espíritus y el tiempo.
Por cierto, este episodio de la procreación de la vida y el
tiempo, acontece en ambos hemisferios, pero en épocas distintas. Es entonces,
que los años nuevos están dados por la propia naturaleza y no son los humanos
quienes definimos el inicio de los ciclos de vida en los hemisferios.
Es el cosmos quien mantiene bajo dominio y control absoluto el "orden natural de la vida en el planeta tierra", permitiendo los cambios de ciclos en cada extremo, condicionando así la existencia de la oposición entre los extremos.
Es el cosmos quien mantiene bajo dominio y control absoluto el "orden natural de la vida en el planeta tierra", permitiendo los cambios de ciclos en cada extremo, condicionando así la existencia de la oposición entre los extremos.
Esta fecha que marca
la renovación de los ciclos naturales en éste hemisferio no es propiedad de una
u otra cultura, sino que pertenece a todos aquellos seres que nacimos y cohabitamos
en esta parte del planeta, humanos, animales, árboles, ríos, aves, insectos,
océanos, entre otros.
En esta parte de la tierra, hoy Argentina , el tiempo de celebración
del año Nuevo Natural abarca desde el 21 al 24 de junio, festejándose en el
norte la noche del 21 al 22 y en el sur la noche del 23 al 24 de junio. Esta
diferencia se debe a la extensión territorial de nuestro país y a la traslación
de la tierra alrededor del sol.
REVINDIQUEMOS Y REVALORICEMOS el Año Nuevo Indígena o Año
Nuevo Natural, donde las diversas culturas que habitaron y habitan
el “Abya Yala” , hoy América y específicamente Argentina , distinguen a este
momento del año como un conjunto de cambios en la naturaleza de gran
importancia temporo-espacial, donde el che se nutre de la experiencia
milenaria rica en conocimiento de la naturaleza en sus diversos aspectos . De
tomarse debidamente en cuenta estas consideraciones, quedaría clara la
necesidad de proyectar estos cambios temporales a otras esferas de la vida en
sociedad que hacen al bienestar de las personas, aspectos estos que nunca, en
ninguna parte, deben estar separados del medio ambiente, historia y cultura del
lugar específico donde se desenvuelven.